En las últimas semanas, los precios de la carne vacuna en Argentina han experimentado un incremento del 10%, afectando a los cortes más populares entre los consumidores. Este ajuste, que inicialmente se esperaba para finales de febrero, se adelantó debido a una notable reducción en la oferta en el mercado de hacienda. Los comerciantes advierten sobre la posibilidad de nuevas subas en los próximos días.
Factores que impulsaron el aumento de precios
Diversos factores han contribuido a este incremento en los precios de la carne. Uno de los principales es la disminución en la disponibilidad de ganado, lo que ha generado una presión al alza en los costos para los frigoríficos. Esta situación se ve agravada por un desfase del 60% entre los precios actuales y la inflación acumulada, según indican desde la industria frigorífica.
Perspectivas para los próximos meses
Representantes del sector frigorífico anticipan que este incremento no será el último en lo que resta del año. Se prevé una nueva suba antes de fin de año y una «recomposición» de precios en 2025 para corregir el atraso frente a la inflación acumulada. Daniel Urcia, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales (FIFRA), señaló que aún hay margen para otro ajuste del 10% antes de fin de año, aunque el proceso de recomposición se completaría recién en 2025.
Impacto en el consumo y hábitos alimenticios
La suba en los precios de la carne ha generado una disminución en el consumo per cápita, que actualmente se encuentra en 47,2 kilos por habitante al año, el nivel más bajo en 28 años. Esta caída se atribuye a la pérdida de poder adquisitivo y a cambios en los hábitos alimenticios de los argentinos, quienes optan por alternativas más económicas como el pollo o el cerdo.
Reacciones de los comerciantes y consumidores
Los carniceros han notado una disminución en las ventas y un cambio en el comportamiento de compra de los clientes. Muchos consumidores adquieren menores cantidades de carne y buscan ofertas diarias para ajustar sus presupuestos. Además, se observa una tendencia a reemplazar la carne vacuna por otras proteínas más accesibles económicamente.