Según un análisis de la UBA, se desplomó el salario mínimo en el último año

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En los últimos meses, el panorama económico argentino ha evidenciado una marcada pérdida del poder adquisitivo del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM). Según un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el salario mínimo sufrió una caída del 28% en términos reales en el último año, alcanzando valores inferiores a los registrados en el año 2001.

El informe del IIEP destacó que desde noviembre de 2023 hasta octubre de 2024, el salario mínimo experimentó una fuerte disminución debido a la aceleración inflacionaria y los incrementos en las tarifas de servicios públicos. En octubre de 2024, el poder adquisitivo del SMVM se redujo un 1,3%, continuando una tendencia que comenzó en diciembre de 2023, cuando sufrió una baja del 15%.

Durante 2024, las variaciones mensuales del salario mínimo evidenciaron fluctuaciones. Por ejemplo, en junio se registró una caída del 4,4%, seguida por una leve recuperación del 4,3%. Sin embargo, esta recuperación resultó insuficiente frente a las nuevas reducciones en los meses posteriores.

Impacto de la inflación y los servicios públicos en el AMBA

La canasta de servicios públicos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) constituye otro factor que agrava la situación económica de los hogares. En noviembre de 2024, el costo de esta canasta alcanzó los $134.173, representando el 50% del salario mínimo, establecido en $271.571,22.

El Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP-UBA y Conicet señaló que, aunque en noviembre hubo una leve reducción del 0,2% en los costos de la canasta respecto al mes anterior, el gasto en servicios básicos sigue siendo una carga significativa para las familias.

“Un hogar promedio del AMBA, sin subsidios, destina $134.173 al mes para cubrir necesidades energéticas, transporte y agua potable”, destacó el informe.

Además, se explicó que esta leve reducción en el gasto total responde a un menor consumo de gas, que logró compensar el aumento en los cuadros tarifarios y el mayor consumo eléctrico.

Un aspecto clave que revela el informe es cómo se distribuyen los costos de los servicios públicos entre los hogares y el Estado. En promedio, las tarifas pagadas por las familias cubren el 53% de los costos, mientras que el Estado asume el 47% restante. Esta situación plantea un desafío para el diseño de políticas públicas orientadas a garantizar la sostenibilidad económica de los servicios esenciales sin perjudicar a los sectores más vulnerables.

Comparativa histórica: el salario mínimo de 2001 y 2024

En términos reales, el salario mínimo actual se encuentra en niveles más bajos que los registrados en 2001, una etapa recordada por la profunda crisis económica en el país. Esta situación refleja el impacto acumulado de una inflación descontrolada y políticas económicas que no han logrado estabilizar los ingresos de los trabajadores formales.