En el corazón de la Patagonia argentina, en el Parque Nacional Los Alerces, se encuentra uno de los árboles más longevos del planeta, conocido cariñosamente como «El Abuelo». Este coloso natural ha sobrevivido más de 2,600 años y alcanza una impresionante altura de casi 60 metros. Su historia está impregnada de resistencia y fortaleza, y su presencia en este parque es motivo de orgullo para quienes lo custodian.
El nombre «El Abuelo» proviene del término «lahuan», que significa abuelo en el idioma mapuche. Danilo Hernández Otaño, intendente del Parque Nacional Los Alerces, explica que este árbol es un sobreviviente extraordinario, testigo de tiempos anteriores a la llegada de Colón a América y a la creación del parque mismo.
El Parque Nacional Los Alerces fue formalmente establecido en 1940 bajo un decreto que protegía esta valiosa zona. Antes de la fundación del parque, la madera de alerce se utilizaba ampliamente en la carpintería y en la construcción de embarcaciones debido a su resistencia a la descomposición. Sin embargo, desde la creación del parque, la explotación de estos árboles está estrictamente prohibida. «El Abuelo» se ha convertido en un monumento natural vivo que ha superado desafíos como lluvias, vientos e incendios en sus más de 2,600 años de existencia.
Las cicatrices del tiempo: un hachazo que marcó su historia
Aunque «El Abuelo» no muestra cicatrices de incendios, Danilo Hernández cuenta que presenta una herida en el tronco: un hachazo hecho por leñadores antiguos. Estos hachazos permitían evaluar la calidad de la veta de la madera; si estaba torcida, el árbol no era talado. Gracias a esto, «El Abuelo» logró escapar de la tala, conservando su majestuosidad hasta nuestros días.
Situado en las orillas del Lago Menéndez, «El Abuelo» tiene una altura de 57 metros y un diámetro de 2.8 metros. Este gigante es tan robusto que se necesitan al menos seis personas tomadas de las manos para rodearlo por completo. Su tamaño y longevidad lo posicionan como el segundo árbol más antiguo vivo en el mundo, solo superado por el Pinus longaeva en los Estados Unidos.
La ubicación de «El Abuelo» ha jugado un papel crucial en su longevidad. Los expertos aseguran que la cordillera de los Andes ha protegido a este alerce milenario, rodeándolo de un bosque casi inexplorado, sin carreteras ni electricidad que perturben su hábitat. Este aislamiento ha permitido que los ejemplares de alerce en esta región puedan alcanzar edades de entre 3,000 y 4,000 años y alturas superiores a los 70 metros.
¿Cómo llegar a «El Abuelo» en el Parque Nacional Los Alerces?
Visitar «El Abuelo» es una experiencia única que requiere una combinación de navegación y senderismo. Para llegar, el punto de partida es Esquel, desde donde se recorren aproximadamente 100 kilómetros hasta el Parque Nacional Los Alerces, pasando por la pasarela sobre el río Arrayanes, cerca de la desembocadura del Lago Verde.
Desde allí, se inicia una caminata de alrededor de un kilómetro hasta Puerto Chucao. En este punto, es necesario embarcarse en un catamarán que navega por el Lago Menéndez, llevando a los visitantes a un bosque singular donde los alerces conviven con arrayanes, lianas y pequeñas orquídeas silvestres a lo largo de la ribera del río Cisne.
Declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 2017, el Parque Nacional Los Alerces abarca 259,822 hectáreas y es la cuarta área protegida más grande de Argentina. Ubicado en la provincia de Chubut, este parque limita con Chile y alberga una densa vegetación del Bosque Andino Patagónico. En las zonas de mayor precipitación, florece la Selva Valdiviana, donde el alerce o «lahuan» es una de las especies más destacadas.