El presidente Javier Milei volvió a sorprender con un formato inusual para la política argentina. En el Movistar Arena, ante miles de seguidores, presentó su libro La construcción del milagro y, al mismo tiempo, subió al escenario acompañado por la llamada “Banda Presidencial”, un grupo integrado por funcionarios, asesores y allegados que se animaron a tocar en vivo.
Lejos de los actos tradicionales, Milei eligió la estética de un recital para enviar un mensaje político. La estrategia buscó mostrar cercanía con el público, reforzar su perfil disruptivo y desplazar la atención de las tensiones internas en su espacio político.
El evento se realizó en medio de una profunda crisis económica, con inflación en alza y protestas sociales. Además, coincidió con la renuncia del candidato José Luis Espert, salpicado por denuncias de vínculos con el narcotráfico. En ese escenario, Milei apostó a un acto de alto impacto mediático para reposicionar a La Libertad Avanza y transmitir una imagen de fortaleza.
Aunque el estadio lució colmado, en las afueras se registraron incidentes con manifestantes que cuestionaron la realización de un espectáculo en plena crisis.
Quiénes integran la “Banda Presidencial”
La lista de músicos improvisados que acompañaron a Milei estuvo encabezada por dirigentes de su círculo más íntimo. Entre los principales integrantes se destacaron:
- Alberto “Bertie” Benegas Lynch, diputado nacional, en batería.
- Joaquín Benegas Lynch, candidato a senador, en primera guitarra.
- Marcelo Duclos, periodista y biógrafo del presidente, en bajo.
- Lilia Lemoine, diputada libertaria, en coros.
- Ana Tamagno, pareja de Duclos, también en coros.
- Hernán Scarfó, en segunda guitarra.
- Otros nombres, como Fernando Mezzina (abogado) y Mario Suli (asistente personal), también aparecieron en los ensayos difundidos.
La existencia de la banda fue confirmada días antes por el ministro Federico Sturzenegger, quien publicó una foto del grupo en pleno ensayo.
Música y política: un mensaje simbólico
El repertorio no fue elegido al azar. Canciones como Demoliendo hoteles, No me arrepiento de este amor y clásicos del rock nacional fueron reinterpretados con guiños políticos. Milei se sumó como cantante en varios momentos, reforzando la imagen de un líder que mezcla política con espectáculo.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, actuó como maestro de ceremonias, aportando un marco institucional a una puesta en escena que buscó emocionar a la militancia y captar titulares en los medios.
Críticas y cuestionamientos
El show generó reacciones divididas. Mientras sus seguidores celebraron la originalidad del formato, varios dirigentes opositores y analistas cuestionaron el acto. El economista Ricardo López Murphy lo calificó de “desubicado”, al considerar que la situación económica del país no permite celebraciones festivas.
La combinación de espectáculo musical con discurso político fue vista por algunos como un intento de desviar la atención de los problemas de gestión, en particular la inflación, los conflictos sociales y las tensiones internas en La Libertad Avanza.