La empresa Ferrum, situada en Villa Rosa, ha anunciado una paralización de sus actividades a partir del 1° de julio, o incluso antes, lo que ha resultado en despidos significativos de su personal.
La crisis económica sigue afectando severamente a las industrias de Pilar. A la lista de empresas en conflicto se suma Ferrum, que ha informado a sus trabajadores sobre la paralización de la producción durante tres meses en su planta de Villa Rosa. Este cese de actividades refleja una situación similar a la vivida por otras firmas como FV, Akapol y Whirlpool, cuyos dueños también anunciaron suspensiones de 90 días comenzando el 1° de julio, e incluso antes, tras el fin de semana largo de junio.
Mientras se acerca la fecha de la paralización, continúan las negociaciones para determinar qué porcentaje del salario recibirán los trabajadores durante julio, agosto y septiembre. Durante este periodo, Ferrum mantendrá una guardia para evitar apagar los hornos y estar preparados en caso de recibir algún pedido significativo.
Despidos y reestructuración del personal
El mecanismo de despidos comenzó con empleados que tenían algún tipo de sumario. Luego, la compañía de limpieza tercerizada dejó de prestar servicios, y algunos de sus empleados fueron reubicados en tareas de limpieza dentro de la planta. En algunos sectores, solo queda la mitad del personal, con la promesa de reincorporarlos si la producción se recupera. Entre los despedidos hay empleados que llevaban poco tiempo en la empresa y otros con más de 20 años de antigüedad.
El efecto dominó en otras empresas
La cadena de cierres y suspensiones comenzó con la multinacional Whirlpool, que a principios de mayo redujo drásticamente su producción en la fábrica de lavarropas en Pilar, despidiendo a 60 de sus 400 trabajadores, un 15% de su plantilla total. Poco después, FV, el mayor fabricante de grifería del país, anunció la suspensión de 800 trabajadores de su planta de Villa Rosa, donde emplea a 1.400 personas. A finales de mayo, la fábrica de adhesivos Akapol decidió suspender a todos sus empleados por 60 días, afectando a 150 trabajadores en su planta de Zelaya.
La situación en Ferrum es un reflejo de la crisis que atraviesan diversas industrias en Pilar, donde la acumulación de stock y la caída de la demanda obligan a las empresas a tomar medidas drásticas. La paralización de actividades y los despidos masivos no solo afectan a los trabajadores, sino que también generan un impacto significativo en la economía local. Las negociaciones y reestructuraciones continúan, con la esperanza de una pronta recuperación de la producción y la reincorporación del personal despedido.
