Victoria Villarruel, actual vicepresidenta de Argentina y figura destacada de La Libertad Avanza (LLA), enfrenta crecientes tensiones políticas dentro del Senado. Recientemente, miembros del PRO, principal aliado de LLA en la cámara alta, han expresado críticas hacia su gestión, especialmente tras la expulsión del senador Edgardo Kueider y sus declaraciones sobre el secuestro del gendarme Nahuel Gallo en Venezuela.
**Críticas desde el PRO en el Senado**
Luis Juez, jefe del bloque PRO en el Senado y candidato a la presidencia provisional de la cámara, manifestó su descontento con Villarruel. En declaraciones radiales, Juez calificó de manera despectiva la sesión en la que se decidió el aumento de dietas para los senadores, señalando a Villarruel como responsable de su convocatoria. Este aumento, aprobado en abril y posteriormente revertido en agosto tras críticas, establecía que las dietas de los legisladores alcanzarían los $9 millones.
**Controversia por el caso del gendarme en Venezuela**
La situación se intensificó cuando Patricia Bullrich, líder del PRO, arremetió contra Villarruel por sus comentarios sobre el gendarme argentino Nahuel Gallo, secuestrado en Venezuela. Villarruel cuestionó el viaje de Gallo a Caracas, lo que provocó la reacción de Bullrich, quien calificó sus declaraciones de «mezquinas» y «malintencionadas». Este intercambio evidenció las fracturas dentro de la alianza gobernante y generó preocupación sobre la cohesión del oficialismo.
**Reacciones desde La Libertad Avanza**
El presidente Javier Milei también expresó su descontento con Villarruel, acusándola de presidir una «sesión inválida» en su ausencia. Estas declaraciones reflejan una creciente tensión entre los principales líderes de LLA, lo que podría afectar la estabilidad y unidad del partido en el futuro cercano.
**Implicaciones para la gobernabilidad**
Las disputas internas en el Senado y las críticas cruzadas entre aliados políticos plantean interrogantes sobre la capacidad del gobierno para avanzar en su agenda legislativa. La pérdida de apoyo de figuras clave como Luis Juez y Patricia Bullrich podría debilitar la posición de Villarruel en el Senado, complicando la aprobación de proyectos y reformas impulsadas por el Ejecutivo.
La vicepresidenta enfrenta el desafío de reconstruir alianzas y fortalecer la cohesión dentro de su partido y con sus socios políticos. La gestión de estas tensiones será crucial para determinar la eficacia del gobierno en la implementación de sus políticas y en la preparación para futuros procesos electorales.