A más de cuatro décadas de la desaparición de Diego Fernández Lima, un hallazgo macabro volvió a poner su nombre en el centro de la escena pública. Sus restos fueron encontrados en una vivienda del barrio porteño de Coghlan, una propiedad que alguna vez fue habitada por el músico Gustavo Cerati y que hoy pertenece a la familia Graf. En el ojo de la tormenta se encuentra Cristian Graf, sindicado por la Justicia como el principal sospechoso de la muerte del joven.
Cristian Graf y Diego Fernández Lima se conocían desde muy pequeños. Compartieron la infancia, el colegio y formaron parte de un mismo grupo de amigos. Ambos asistieron a la ENET N.º 36, una escuela técnica donde pasaron años de formación. Graf era apodado “Jirafa” y Diego, “Gaita”, sobrenombres que revelaban la familiaridad y cercanía que había entre ellos.
Sin embargo, esa relación fraternal terminó envuelta en misterio. Fernández Lima fue visto por última vez en 1984, cuando tenía solo 14 años. Desde entonces, su paradero fue una incógnita. Su familia jamás dejó de buscarlo.
El hallazgo: una demolición que reveló el horror
El punto de quiebre en la causa llegó en mayo de 2024, cuando obreros realizaban trabajos de demolición en una vivienda ubicada en la calle Roosevelt al 1600, justo al lado de la casa donde vivió Gustavo Cerati. En medio de los escombros y tierra, los trabajadores encontraron restos humanos.
Los primeros análisis no fueron concluyentes, pero el caso dio un giro cuando intervino el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Gracias a una muestra de ADN proporcionada por la madre de Diego, se confirmó que los restos pertenecían al adolescente desaparecido hace más de 40 años.
La propiedad donde fueron hallados los restos pertenece desde hace años a la familia Graf, aunque en los años 80 era alquilada. Según la reconstrucción de los hechos, Cristian Graf vivía allí con sus padres en el momento de la desaparición de Diego. A partir de este dato, las sospechas comenzaron a tomar forma.
La Fiscalía N.º 25 de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Matías de Sanctis, lo señala como el principal sospechoso. La hipótesis es clara: Fernández Lima habría sido asesinado dentro de la casa y enterrado allí para ocultar el crimen. La autopsia reveló una herida punzante en el tórax, además de marcas de un intento de desmembramiento, lo que refuerza la teoría de una muerte violenta.
Hasta ahora, Graf no ha sido imputado formalmente, pero la Fiscalía podría solicitar en cualquier momento que declare como acusado.
¿Puede ser juzgado Cristian Graf después de tantos años?
Uno de los grandes interrogantes legales es si el crimen prescribió. La muerte ocurrió, presuntamente, en 1984, lo que podría dejar el hecho fuera del alcance de la justicia. Sin embargo, el fiscal analiza agravantes como la alevosía o el ocultamiento del cuerpo, lo que podría impedir la prescripción del delito.
Además, la reforma del Código Penal y ciertos criterios adoptados por la Corte Suprema permiten juzgar delitos de extrema gravedad aun cuando hayan transcurrido varias décadas. En este marco, se evalúa la posibilidad de que el crimen sea considerado imprescriptible.
“Mi papá se murió buscándolo”, declaró Javier, hermano de Diego, tras conocerse la identidad del cuerpo. La familia Fernández Lima vivió con incertidumbre durante 41 años. Buscaron en hospitales, comisarías, escuelas y hasta pensaron que Diego podría haberse escapado. Pero nunca imaginaron que su destino final estaba a pocas cuadras de su casa.
Perfil bajo y vida en el barrio
Cristian Graf, hoy de 56 años, continuó viviendo en la zona, incluso luego de que su familia vendiera parte de la propiedad. Llevó una vida alejada del ojo público, sin antecedentes penales y sin haber sido vinculado antes a ninguna causa judicial. Sin embargo, con el reciente avance de la investigación, su nombre quedó ligado a un crimen que marcó una época.
El caso se encuentra ahora en una fase clave. La fiscalía aguarda peritajes complementarios, al mismo tiempo que analiza cómo avanzar en una imputación formal. La reconstrucción del hecho, los testimonios del entorno y los informes del EAAF serán determinantes.
Mientras tanto, la figura de Cristian Graf permanece bajo la lupa, y la sociedad argentina sigue con atención uno de los casos policiales más impactantes del último tiempo, no solo por el crimen en sí, sino por el largo silencio que lo rodeó.

