En un día marcado por la intensidad, las calles bulliciosas del centro de Buenos Aires fueron testigos de una protesta masiva donde los ciudadanos expresaron vehementemente su desacuerdo con las medidas de austeridad implementadas por el Gobierno de Javier Milei. La ciudad despertó en un estado de alerta elevada, especialmente en los alrededores de la Plaza de Mayo, epicentro de la manifestación.
Enfrentamientos Policiales y Resistencia Ciudadana
Hoy quedará grabado en la memoria como la primera vez que una multitud expresó su descontento con las políticas de Milei. La creciente tensión se tradujo en un despliegue policial impresionante en los puntos de acceso a la ciudad y las estaciones de tren. La Plaza de Mayo y sus alrededores fueron asegurados por fuerzas antidisturbios para evitar bloqueos y garantizar la fluidez del tráfico.
A pesar de los esfuerzos por confinar a los manifestantes a las veredas, la participación masiva hizo que esta estrategia resultara ineficaz. Las principales avenidas se convirtieron en el camino elegido por los manifestantes, perturbando el tráfico y desafiando las medidas de control.
Unidad y Críticas a Milei
En un ambiente tenso pero no violento, la multitud entonaba consignas de unidad entre los trabajadores. Ciudadanos se acercaron al cordón policial para expresar su descontento, mientras que las pancartas revelaban mensajes contundentes como «Milei estafador. Prometiste ajustar a la casta política y ajustaste al pueblo».
Demandas por la Educación y Preocupaciones Futuras
Catalina, una maestra de La Matanza, alzaba una pancarta que proclamaba: «Plata para educación, no para el FMI». Expresó su inquietud por la situación en las escuelas públicas, señalando que la devaluación había disparado los precios de los alimentos, empeorando la crisis. Afirmó que Alberto Fernández dejó el Gobierno con una inflación del 160%, pero las proyecciones para 2024 sugieren cifras de cuatro dígitos, un récord mundial.
Reflexión en el Décimo Día de la Presidencia de Milei
La marcha, originalmente destinada a conmemorar a las víctimas de la represión en 2001, adquirió un nuevo significado como la primera protesta contra la administración de Milei, apenas diez días después de su asunción. A pesar de la tensión, la manifestación se mantuvo mayormente pacífica, con solo dos detenidos en un enfrentamiento aislado.
El límite a los piquetes evidencia un giro de 180 grados en la respuesta estatal a una de las formas más comunes de protesta en Argentina. En las últimas décadas, ha habido una gran tolerancia hacia estas manifestaciones, incluso con la participación de Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Sin embargo, hoy los manifestantes ocuparon algunas calles sin cortar las principales arterias, un punto medio que satisfizo a ambas partes. Tanto las organizaciones como el Gobierno consideraron la jornada un éxito.
Sin Niños en la Protesta
En los últimos días, el Gobierno hizo esfuerzos por disuadir a los manifestantes, pidiendo evitar la participación de niños «para no exponerlos al calor y la violencia» y amenazando con retirar las ayudas sociales a quienes cortaran las calles. La población más vulnerable se encontró atrapada entre dos extremos: las organizaciones sociales, alentando a la protesta, y el Gobierno advirtiendo en contra. Más de 9,000 personas llamaron para denunciar amenazas de las organizaciones sociales, según fuentes oficiales.
Voces Ciudadanas en la Plaza de Mayo
Muchos de los presentes este miércoles en la plaza desafiaron el estigma de ser forzados a protestar. Fátima Flores, sosteniendo a su bebé de un año, declaró: “Quería venir a la marcha porque no me alcanza para comer. Nos dicen vagos, planeros, pero yo trabajo más que nadie. Cobro un plan y trabajo en un comercio que me paga una miseria mientras la dueña vacaciona en Uruguay”.
La protesta masiva en Buenos Aires refleja la inquietud y descontento de la población ante las medidas de Milei. Aunque la manifestación transcurrió sin violencia significativa, la resistencia ciudadana y las críticas son evidentes. El desafío para el nuevo presidente radica en abordar estas preocupaciones y buscar soluciones que reconcilien a la sociedad argentina.
Con infomación de El País

 
				 
				 
				 
				