El decreto 84/2023, emitido por la administración presidencial actual, ha generado una ola de incertidumbre entre los trabajadores estatales, especialmente aquellos vinculados al sector de Parques Nacionales. La disposición, que implicó la baja de aquellos que se unieron al sector el año pasado, ha dejado en una situación precaria a quienes tenían contratos previos.
Según lo estipulado, la renovación de los contratos para el inicio de 2024 solo se permite por un período de noventa días. Tras este plazo, que concluye el 31 de marzo, se determinará mediante un “relevamiento exhaustivo” si estos trabajadores continuarán en sus funciones o no.
Alerta de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE)
La incertidumbre laboral ha impactado a más del cincuenta por ciento de los trabajadores que desempeñan roles en Parques Nacionales. De un total de dos mil doscientos agentes de conservación en todo el país, mil ciento noventa y dos son contratados, según datos revelados por la Asociación Trabajadores del Estado (ATE).
Los representantes sindicales señalan que la continuidad laboral de estos trabajadores está sujeta a “una revisión cuyo procedimiento aún no se conoce y probablemente sirva como justificación para llevar a cabo miles de despidos”.
Desafíos Económicos y Presupuestarios para los Parques Nacionales
Además de la incertidumbre laboral, los trabajadores enfrentan desafíos económicos significativos. Todo esto ocurre en un contexto de alta inflación, donde el presupuesto asignado para Parques Nacionales en 2024 es el mismo que en 2023. Esta limitación presupuestaria dificulta el desarrollo normal de las tareas y responsabilidades propias de la institución, según lo expuesto por los representantes gremiales.
La situación actual plantea un escenario de gran preocupación para los trabajadores y sus familias, así como para la preservación y gestión de los espacios naturales protegidos que conforman los Parques Nacionales de Argentina. La espera de los resultados del relevamiento y las decisiones posteriores del gobierno generan una atmósfera de incertidumbre y ansiedad entre la comunidad laboral y las organizaciones sindicales.
