Los trabajadores del Hospital Garrahan comenzaron un paro tras el veto presidencial a la Ley de Emergencia Pediátrica

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El Hospital Garrahan, referente nacional en pediatría de alta complejidad, vive este viernes una jornada marcada por un paro de 24 horas convocado por trabajadores y profesionales de la salud. La medida responde al veto del presidente Javier Milei a la Ley de Emergencia Pediátrica, aprobada en el Congreso con amplio consenso político.

Aunque el paro afecta la atención habitual, desde la institución se aclaró que se mantienen en funcionamiento las guardias, internaciones y cirugías programadas, con el objetivo de no poner en riesgo la vida de los pacientes.

La ley vetada contemplaba un refuerzo presupuestario para garantizar insumos, equipamiento médico y una mejora en los salarios del personal pediátrico. Se trata de un sector que atraviesa una crisis profunda, marcada por el éxodo de profesionales, bajos sueldos y escasez de recursos en los hospitales públicos.

Los trabajadores advirtieron que la decisión presidencial “pone en riesgo la atención de miles de niños y niñas de todo el país”, dado que el Garrahan no solo recibe pacientes de la Ciudad de Buenos Aires, sino también de distintas provincias.

Modalidades del paro y movilización

El plan de lucha incluye una serie de acciones coordinadas:

  • Asamblea general en el hospital al mediodía.
  • Movilización desde el Congreso hasta Plaza de Mayo, en horas de la tarde.
  • Ruidazo nacional a las 20:00, con participación de organizaciones sociales y de salud.

Además, se anticipó que en los próximos días se sumarán marchas conjuntas con universidades y una conferencia frente al Congreso, en un intento por visibilizar el conflicto y sumar respaldo social.

El Garrahan como símbolo de la salud pública

El Hospital Garrahan es considerado un emblema de la salud pública en Argentina y en América Latina. Especializado en pediatría de alta complejidad, atiende cada año a miles de pacientes que no encuentran respuesta en sus provincias.

Por ello, los profesionales sostienen que cuidar al Garrahan es cuidar la salud infantil del país. El temor de los trabajadores es que, sin el financiamiento adecuado, el hospital sufra un deterioro similar al de otros centros de salud que han perdido capacidad de respuesta.

Los trabajadores manifestaron su preocupación por el impacto que el veto tendrá en sus condiciones de vida y en la atención de los pacientes: “Nuestros sueldos ya no alcanzan ni para cubrir la canasta básica. La situación es insostenible”, señalaron desde la asamblea.

El veto no solo nos afecta a nosotros, sino a todos los niños que necesitan atención especializada”, remarcaron.

Una decisión con fuerte impacto político

La Ley de Emergencia Pediátrica había logrado ser sancionada en el Congreso con el apoyo de distintos bloques políticos. Su veto, sin embargo, provocó un fuerte rechazo social y gremial, en un contexto donde la salud pública ya enfrenta ajustes presupuestarios, falta de insumos y precarización laboral.

El Gobierno defendió su decisión argumentando que la norma era “innecesaria” y que los recursos debían reasignarse, aunque evitó detallar qué medidas específicas se tomarán para sostener el sistema pediátrico.

El conflicto no se limita a una disputa gremial. En juego se encuentra: la calidad de la atención pediátrica en el hospital más importante del país; el futuro de la salud pública en un área tan sensible como la pediatría;  y la capacidad del Estado para responder a las necesidades de la niñez, en un momento de crisis económica y social.