Ley Hojarasca: los motivos por los que el Gobierno derogará más de 70 normas obsoletas

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La Ley Hojarasca, recientemente propuesta por el Gobierno argentino, tiene como objetivo eliminar un extenso grupo de normas que han quedado obsoletas, carecen de aplicación práctica o interfieren con los derechos individuales. Este proyecto, liderado por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, representa un esfuerzo por actualizar el marco legislativo del país, limpiando el sistema normativo de leyes anacrónicas que ya no tienen razón de ser.

La Ley Hojarasca se centra en la derogación de aproximadamente 70 leyes que ya no tienen vigencia o que afectan negativamente a la libertad individual y los derechos de propiedad. Según el ministro Sturzenegger, este proyecto no solo busca una «limpieza normativa», sino que también plantea una interpelación sobre el porqué de la existencia de estas leyes en primer lugar. En una serie de publicaciones en su cuenta de X (antes Twitter), explicó que muchas de estas normativas fueron creadas en contextos históricos muy diferentes, y su eliminación es un paso hacia la modernización legislativa.

Los seis motivos principales para derogar normas

El ministro Sturzenegger explicó que se identificaron seis razones fundamentales para derogar las leyes incluidas en el proyecto de la Ley Hojarasca:

  1. Leyes que limitan la libertad individual y restringen el derecho de propiedad: Son aquellas que coartan derechos fundamentales. Un ejemplo es la Ley N° 14.034 de 1951, que imponía penas a quienes defendieran los derechos humanos en el ámbito internacional, una medida que buscaba silenciar críticas al gobierno.
  2. Eliminación de trámites inútiles y sin sentido: Leyes que ya no tienen función práctica y solo agregan burocracia innecesaria. Un caso destacado es la Ley N° 19.340 de 1971, que obliga a los propietarios a reportar interrupciones en construcciones, un trámite que ya no tiene relevancia.
  3. Leyes superadas, actualizadas o mejoradas por otras posteriores: Son aquellas que, aunque en su momento fueron útiles, han sido reemplazadas por normativas más modernas. Un ejemplo es la Ley N° 20.400 de 1973, relacionada con la trata de personas, que fue superada por la Ley N° 26.364, mucho más integral y adecuada a la actualidad.
  4. Leyes obsoletas por cambios tecnológicos: Con los avances en tecnología, muchas normativas han quedado anticuadas. Por ejemplo, la Ley N° 21.895 de 1978, que autorizaba las emisiones de televisión en color, es completamente innecesaria hoy en día.
  5. Normas que refieren a instituciones que ya no existen: Muchas leyes se refieren a organismos o instituciones que han sido disueltas, como la Ley N° 11.245 de 1923, que fijaba tarifas para la Oficina Química del Departamento Nacional de Higiene, un ente que ya no existe.
  6. Organismos con financiamiento público que deberían autofinanciarse: Estas son leyes que crean entidades financiadas con recursos del Estado, pero que podrían funcionar de manera autónoma. Un ejemplo es la Ley N° 24.807 de 1997, que creó la Federación Argentina de Municipios, la cual, según la propuesta de la Ley Hojarasca, debería ser financiada por los propios municipios participantes.

Casos llamativos de leyes a derogar

Algunos de los ejemplos más curiosos de normas que la Ley Hojarasca propone eliminar incluyen:

  • Ley N° 94 de 1864, que inhabilita a una autoridad que haga azotar a una persona durante 10 años. Esta ley, que suena más medieval que moderna, hace mucho tiempo perdió sentido práctico.
  • Ley N° 22.964 de 1983, que permitía la internación forzosa de personas con lepra, un enfoque claramente discriminatorio y que vulnera derechos constitucionales.
  • Ley N° 21.145 de 1975, que otorgaba privilegios de viaje y uso de servicios estatales a los artistas de compañías teatrales. Esta ley ha caído en desuso debido a la reducción de la oferta estatal en estos sectores.

Leyes obsoletas por avances tecnológicos

Uno de los aspectos más importantes de este proyecto es la derogación de leyes que ya no tienen sentido en el contexto actual, principalmente debido a los avances tecnológicos. Ejemplos como la Ley N° 20.577 de 1973, que regulaba la transmisión de imágenes televisivas, son testimonio de cómo el desarrollo tecnológico deja atrás normativas que alguna vez fueron relevantes.

Además, algunas de estas leyes obligaban al uso de tecnologías completamente desfasadas, como la Ley N° 23.756 de 1989, que imponía la utilización de microfilmación para la documentación del Ejército y la Armada, una técnica superada por los avances digitales.

Como cualquier proyecto de ley, la Ley Hojarasca deberá atravesar un proceso legislativo que incluye su presentación en el Congreso, el tratamiento en comisiones y el posterior debate en las cámaras de Diputados y Senadores. Para ser aprobada, se necesitará el voto de la mayoría absoluta de los presentes, un desafío en sí mismo, dado que muchas de estas normativas tienen un peso histórico o simbólico que podría generar resistencia entre algunos legisladores.

Sin embargo, el ministro Sturzenegger ha defendido la importancia de este proyecto, destacando que no se trata solo de eliminar leyes obsoletas, sino de dar un paso hacia un marco normativo más ágil y acorde a los tiempos actuales.