Desde el 1° de agosto, las tarifas de subte y colectivos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) volverán a ajustarse con un incremento del 3,6 %, según confirmó el Gobierno de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. La medida se enmarca en la política de actualización mensual de precios, que busca reducir el nivel de subsidios al transporte, trasladando mayores costos a los usuarios.
En este contexto, el boleto mínimo de subte, que en julio se había fijado en $996,00, pasará a costar $1.032,00. Se trata de un nuevo escalón dentro de la serie de aumentos progresivos definidos por la fórmula que aplica la inflación del mes anterior —en este caso el 1,6 % de junio, según el INDEC— más un 2 % adicional. En menos de dos meses, el valor del pasaje subterráneo habrá aumentado más de un 6 %, si se considera el ajuste ya implementado en julio.
Por su parte, el pasaje mínimo de los colectivos que circulan dentro de la Ciudad y la Provincia también sufrirá un aumento del 3,6 %, llevando el precio desde los $488,70 actuales a $506,29 en CABA, y de $489,61 a $507,24 en territorio bonaerense. Este esquema alcanza a unas 31 líneas porteñas y más de 250 líneas provinciales, excluyendo a aquellas de jurisdicción nacional, que siguen otro régimen tarifario.
A la par, desde el 16 de julio, las líneas de colectivos nacionales que circulan en el AMBA —unas 103 en total— comenzaron a aplicar una suba del 6,1 % en sus tarifas. Con esta actualización, el pasaje mínimo para quienes tengan tarjeta SUBE registrada es de $451,01, mientras que para quienes no hayan nominalizado su plástico, el valor asciende a $717,11. El objetivo, según fuentes oficiales, es equiparar las tarifas entre las distintas jurisdicciones y reducir la brecha entre servicios subsidiados y costos reales.
Estos aumentos simultáneos responden a una reestructuración integral del esquema de subsidios, impulsada tanto por el Gobierno nacional como por las administraciones locales. Desde principios de año, se viene aplicando una política de descongelamiento tarifario, con incrementos regulares que se ajustan al ritmo de la inflación. Las autoridades insisten en que este modelo apunta a transparentar el costo real del transporte y a promover un uso más eficiente de los recursos del Estado.
Sin embargo, la suba acumulada en los últimos meses ya supera el 20 % para gran parte de los usuarios del AMBA, y el impacto económico es cada vez más notorio, especialmente en los sectores de menores ingresos. Aunque continúan vigentes los descuentos por combinación de viajes y la tarifa social, cada ajuste mensual representa un golpe directo al bolsillo.
Frente a este panorama, se espera que los aumentos se mantengan en los próximos meses si la inflación no cede y mientras continúe el proceso de reducción de subsidios. Así, el costo de viajar en subte y colectivo en el AMBA seguirá escalando, convirtiéndose en una preocupación creciente para millones de usuarios que dependen del transporte público a diario.