La pobreza en el segundo semestre de 2024 fue del 38,1%

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La pobreza es una problemática que afecta a millones de personas en todo el mundo, y Argentina no es la excepción. En el segundo semestre de 2024, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó datos que muestran una disminución en los índices de pobreza e indigencia, en comparación con el semestre anterior. Sin embargo, a pesar de esta mejora, el desafío sigue siendo considerable.

Según el informe oficial, la pobreza alcanzó el 38,1% en el segundo semestre de 2024, lo que representa una disminución de 14 puntos porcentuales en comparación con el 52,9% registrado en los primeros seis meses del año. Esta caída también se reflejó en la indigencia, que se redujo del 18,1% al 8,2%.

En números absolutos, esto significa que 17 millones de argentinos viven por debajo de la línea de pobreza, mientras que 3 millones de personas están en situación de indigencia. A pesar de la mejora, la pobreza sigue siendo un problema estructural, especialmente en sectores vulnerables como los niños y adolescentes.

Uno de los aspectos más preocupantes es la afectación en la población infantil. Más del 50% de los menores de 14 años viven en condiciones de pobreza, aunque esta cifra representa una reducción de 14,2 puntos respecto al primer semestre del año. En contraste, entre los adultos mayores de 65 años, el 16% no logra cubrir una canasta básica con sus ingresos.

Distribución de la pobreza por regiones

El informe también reveló disparidades en los niveles de pobreza entre distintas regiones del país:

  • Noreste argentino: Presenta la tasa de pobreza más alta, con un 47%.
  • Patagonia: Registra la menor tasa, con un 33,5%.
  • Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA): Con un 16,7% de pobreza, es la región con el menor impacto.
  • Gran Resistencia: Registra la tasa más alta del país, con un 60%.

Factores que explican la disminución de la pobreza

El Gobierno atribuyó la reducción de la pobreza a las reformas económicas implementadas en los últimos meses. Según un comunicado oficial, la administración actual considera que los altos niveles de pobreza del primer semestre fueron consecuencia de gestiones anteriores. Sin embargo, diversos analistas advierten que los resultados podrían estar influenciados por otros factores.

Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), señaló que, si bien los índices han mejorado, el impacto en la calidad de vida de los sectores más vulnerables aún es incierto. La capacidad de consumo de los hogares pobres no ha mostrado un crecimiento significativo, lo que sugiere que la mejora podría ser circunstancial.

Desafíos económicos y sociales a futuro

Los especialistas coinciden en que la reducción de la pobreza es positiva, pero advierten sobre los desafíos a largo plazo. Algunos de los principales factores que podrían influir en la situación futura incluyen:

  • Volatilidad cambiaria: La inestabilidad del dólar y otros indicadores financieros podrían impactar en el costo de vida.
  • Inflación: A pesar de una aparente desaceleración, la inflación sigue siendo una preocupación. En enero de 2025 fue del 2,2%, en febrero subió al 2,4% y para marzo se proyecta un 2,7%.
  • Brecha de ingresos: La desigualdad persiste. El 10% de los hogares más ricos gana 17 veces más que el 10% más pobre, según datos de LCG.

Ingreso y empleo: factores clave para reducir la pobreza

El mercado laboral juega un papel determinante en la reducción de la pobreza. Aunque algunos sectores han registrado una leve mejora en los ingresos, los salarios informales continúan rezagados. Muchos hogares en situación vulnerable dependen de subsidios estatales, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar, para subsistir.

Según el economista Claudio Lozano, la mejora en los índices de pobreza no se traduce en una mejor distribución del ingreso. El empleo precarizado y el endeudamiento de los hogares continúan siendo problemas estructurales que dificultan una recuperación sostenida.