La inflación de agosto en Argentina se mantuvo en 1,9 %, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Con este resultado, la variación interanual alcanzó el 33,6 %, el registro más bajo desde julio de 2018, y la suba acumulada en los primeros ocho meses del año se ubicó en 19,5 %.
El dato sorprendió porque quedó por debajo de las proyecciones privadas, que anticipaban un 2,1 %. Sin embargo, detrás de la aparente estabilidad se esconden señales que preocupan a economistas y analistas del mercado.
El informe oficial detalló que la inflación núcleo, aquella que excluye factores estacionales y regulados, se aceleró hasta 2 %, tras haber marcado un 1,5 % en julio. Por su parte, los precios regulados aumentaron 2,7 %, mientras que los precios estacionales mostraron una caída del 0,8 %, favorecidos por promociones en ropa y calzado.
Estos números reflejan un equilibrio frágil: mientras algunos rubros contribuyeron a moderar la inflación, otros exhibieron subas que anticipan mayores tensiones hacia adelante.
Rubros más afectados
Entre los sectores que más incidieron en la inflación interanual destacan:
- Educación, con un alza de 41,6 %.
- Restaurantes y hoteles, que avanzaron 30,2 %.
- Vivienda, agua, electricidad y gas, con un incremento del 24,9 %.
- Comunicación, que subió 21,8 %.
- Alimentos y bebidas no alcohólicas, con una variación de 19,7 %, un dato sensible por su fuerte impacto en el bolsillo de los hogares de menores ingresos.
Factores que explican la desaceleración
Economistas atribuyen el resultado de agosto a varios factores:
- Estabilidad cambiaria: tras la escalada del dólar en julio, la divisa se mantuvo estable en agosto, lo que contuvo la presión sobre los precios.
- Política monetaria restrictiva: las altas tasas de interés y las medidas de absorción de liquidez ayudaron a frenar la escalada inflacionaria.
- Ofertas estacionales: las liquidaciones en indumentaria y calzado jugaron un rol clave para moderar el índice general.
¿Un alivio pasajero?
Pese a la buena noticia, los analistas advierten que la inflación núcleo en alza y la suba de precios regulados representan una amenaza para la continuidad de esta tendencia. Además, los próximos ajustes tarifarios y la volatilidad cambiaria podrían presionar al índice en los meses siguientes.
De hecho, algunas consultoras proyectan que en septiembre la inflación volvería a superar el 2 %, lo que marcaría el fin del período de estabilidad registrado en los últimos cuatro meses.