El fotógrafo Pablo Grillo será operado por segunda vez debido a un cuadro de hidrocefalia, secuela del disparo recibido durante una manifestación reprimida por Gendarmería. La causa judicial sigue avanzando mientras su familia mantiene la esperanza.
El reconocido fotógrafo Pablo Grillo, quien fuera herido por el impacto de una granada de gas lacrimógeno durante una manifestación frente al Congreso, será sometido a una nueva intervención quirúrgica tras detectarse un cuadro de hidrocefalia. Esta será la segunda operación en menos de una semana, ya que la primera se realizó el pasado 15 de mayo.
El procedimiento médico se llevará a cabo en el Hospital Ramos Mejía, donde permanece internado en terapia intensiva. La familia del fotógrafo explicó que, tras el cierre de las fístulas por donde perdía líquido cefalorraquídeo (LCR), los médicos detectaron acumulación de dicho fluido en el cerebro, lo que derivó en el diagnóstico de hidrocefalia.
Complicaciones tras la primera cirugía
Pese a que existía una leve esperanza de que Grillo fuera trasladado a un área de rehabilitación —incluso había salido a la terraza del hospital semanas atrás—, una nueva pérdida de líquido cefalorraquídeo revirtió el panorama y obligó al equipo médico a planear esta segunda operación.
Un control reciente evidenció que el fotógrafo Pablo Grillo volvió a perder LCR, razón por la cual los profesionales decidieron intervenirlo nuevamente. Su familia, que ha acompañado cada paso del tratamiento, compartió un mensaje esperanzador en redes sociales: «A seguir rezando, enviando todo el amor y las energías positivas para que Pablo continúe luchando. Gracias eternas».
El padre Fabián, en diálogo con el diario Clarín, indicó que el estado de ánimo de Pablo ha fluctuado. «Está bajoneado, pero cuando lo visitan sus amigos y su hermano, se muestra más animado», aseguró. El contexto de internación prolongada, sumado al impacto físico y emocional del incidente, han afectado su recuperación, aunque el acompañamiento cercano ha sido clave para su contención.
Avances en la investigación judicial por la represión a Pablo Grillo
Mientras tanto, la causa judicial que investiga las circunstancias en las que el fotógrafo Pablo Grillo resultó herido durante una protesta sigue en marcha. La jueza federal María Servini solicitó nuevas pruebas a Gendarmería Nacional, incluyendo grabaciones clave realizadas el pasado 12 de marzo, fecha del ataque.
La fuerza de seguridad entregó material audiovisual, aunque omitió videos considerados fundamentales para esclarecer los hechos. Según informaron organismos de derechos humanos como la Liga Argentina por los Derechos Humanos y el CELS, en las imágenes se evidencian expresiones agresivas y un uso desproporcionado de la fuerza por parte de los agentes.
Uno de los elementos más polémicos del caso es la falta de entrega de un video donde se observaría a un gendarme tocando el hombro del cabo Héctor Guerrero, identificado como presunto autor del disparo que impactó a Grillo, en una aparente señal de aprobación tras el hecho.
La querella sostiene que las imágenes muestran una escalada de violencia injustificada, con uso simultáneo de carro hidrante, balas de goma y disparos horizontales, sin distinguir entre manifestantes pacíficos o supuestos agresores. Además, se escucha a un agente exclamar: “Estamos excelente, más que bien”, justo después del impacto que puso en riesgo la vida de Grillo.
Ante la negativa de Gendarmería de entregar todos los registros requeridos, el Juzgado impuso un plazo máximo de 24 horas para cumplir con la remisión completa del material audiovisual. De no hacerlo, podrían aplicarse sanciones legales.
Asimismo, la jueza ordenó un peritaje médico forense, que estará a cargo del Cuerpo Médico Forense, con la participación de peritos de ambas partes. Este análisis buscará determinar el grado de las lesiones sufridas por Pablo Grillo, los tiempos estimados de recuperación, así como cualquier otro dato médico de relevancia para la causa.
La familia Grillo exige justicia y verdad
En paralelo al proceso médico, la familia de Pablo continúa exigiendo que se esclarezcan los hechos y se establezcan responsabilidades por lo ocurrido. El caso se ha transformado en símbolo del uso abusivo de la fuerza pública y del riesgo que enfrentan los profesionales de la comunicación en contextos de protesta social.
Organizaciones de derechos humanos han manifestado su apoyo y reclamado al Estado que garantice el acceso a la verdad, justicia y reparación para Grillo y su entorno. Además, destacaron la importancia del rol de los fotógrafos en la documentación de la represión, y cómo su labor no debe ser criminalizada.

 
				 
				 
				 
				