El boom de importaciones tiene un fuerte impacto en la industria textil:  el 67%  del consumo de ropa proviene del exterior

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Durante el primer trimestre de 2025, las importaciones de indumentaria y textiles para el hogar experimentaron un crecimiento explosivo, alcanzando un aumento interanual del 86% y 109% respectivamente en términos de volumen. Estos datos fueron proporcionados por la Fundación ProTejer, que alertó sobre un escenario crítico: el 67% del consumo total de ropa en Argentina proviene actualmente del exterior, el valor más alto registrado desde 2015.

Este incremento responde a un contexto económico caracterizado por una política de apertura comercial, desregulación, y apreciación del tipo de cambio. La reducción de los precios internacionales de los productos importados —como los de la indumentaria, que cayeron un 26% interanual—, ha facilitado la entrada masiva de artículos del exterior al mercado argentino.

Desde ProTejer se han expresado fuertes sospechas de subfacturación en las importaciones, producto de la eliminación de controles clave como los valores criterio y ciertos mecanismos de control aduanero. Como ejemplo, se menciona que los tejidos de punto ingresaron al país con precios FOB un 45% menores que los promedios históricos del periodo 2015-2024. Esta situación favorece la competencia desleal, debilitando aún más a la industria local.

Adicionalmente, la reciente eliminación del régimen antidumping ha dejado sin protección a muchos sectores sensibles, al tiempo que la ausencia de regulaciones ambientales sobre sustancias nocivas en la ropa importada representa una amenaza tanto para la salud pública como para los estándares de producción nacional.

El efecto de la reducción de aranceles en la cadena de valor textil

Uno de los puntos más críticos mencionados por la fundación radica en que la reducción de aranceles no genera beneficios significativos para los consumidores. En cambio, representa un incentivo directo para importar productos terminados e insumos, lo que dificulta la competitividad de todos los eslabones de la cadena productiva nacional, desde los productores de fibra hasta los confeccionistas.

Este fenómeno, advierte el informe, contribuye al cierre de fábricas, pérdida de empleo y desaparición de proveedores locales, lo que afecta profundamente la estructura productiva del país. La situación resulta aún más grave si se considera que más del 66% de las prendas vendidas actualmente en Argentina son importadas, el nivel más alto desde que existen registros oficiales.

¿Realmente bajan los precios al consumidor?

Una de las premisas más debatidas en torno a la apertura comercial es su impacto sobre los precios al consumidor. Sin embargo, el informe de ProTejer sostiene que la baja de aranceles apenas impacta en el IPC (Índice de Precios al Consumidor), ya que los mayores costos se concentran en la comercialización y no en la producción.

El análisis sugiere que el IPIM (Índice de Precios Internos al por Mayor) resulta más representativo para estudiar la evolución de precios de la industria local, ya que muestra cómo los precios en puerta de fábrica han aumentado a un ritmo inferior al de los precios en mostrador durante los últimos cinco años (2020-2025).

Según el informe, el 80% del valor que paga un consumidor por una remera de marca premium en un shopping no está relacionado con la producción local, sino con factores como alquileres, impuestos indirectos, logística, márgenes comerciales y marketing. De este modo, la baja de aranceles podría generar una reducción de precios de apenas un 2% como máximo, mientras que una reforma impositiva sí podría tener un efecto significativo.

El rol de los impuestos en la competitividad nacional

Desde el sector textil se reclama con fuerza una reforma estructural del sistema impositivo y laboral, ya que el alto nivel de presión fiscal representa uno de los principales obstáculos para la producción nacional. En ausencia de estas reformas, la baja de aranceles no hace más que facilitar el ingreso de productos extranjeros sin atacar las causas de fondo que limitan la competitividad local.

El documento de ProTejer remarca la necesidad urgente de medidas que fomenten la integración de valor agregado nacional, promuevan el empleo formal y protejan los eslabones clave de la cadena textil.