El 9 de junio de 1956, la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu desató una brutal represión que, en solo tres días, resultó en los históricos fusilamientos de José León Suárez y la ejecución de 18 militares y 13 civiles. Estos fusilamientos fueron la consecuencia de un levantamiento liderado por los generales Juan José Valle y Raúl Tanco, quienes buscaban restaurar a Juan Domingo Perón como presidente constitucional de Argentina. Sin embargo, la dictadura de Aramburu sofocó el levantamiento con una masacre sin precedentes.
Los Fusilamientos de José León Suárez
Para entender la magnitud de estos acontecimientos, es crucial retroceder nueve meses en el tiempo, cuando un golpe de Estado derrocó a Perón y estableció un régimen cívico-militar conocido como la “Revolución Libertadora”. Bajo este nuevo régimen, se violaron las garantías constitucionales y se impuso el Decreto 4161, que prohibía mencionar a Perón y exaltar los símbolos del justicialismo. Además, Aramburu congeló los salarios y promovió la entrada de Argentina en el Fondo Monetario Internacional (FMI), que recomendó implementar políticas de ajuste a cambio de asistencia financiera.
Este contexto de opresión y ajustes económicos generó un creciente descontento entre la clase trabajadora, sentando las bases para la rebelión encabezada por Valle y Tanco. Contaban con el apoyo de los coroneles Oscar Cogorno, Alcibíades Cortínez y Ricardo Ibazeta. Sin embargo, el movimiento estaba infiltrado por agentes del gobierno, que el 8 de junio ordenaron numerosas detenciones de gremialistas y activistas para debilitar la insurgencia.
Los Combates y la Masacre de 1956
Los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los sublevados ocurrieron entre las 22:00 y la medianoche del 9 de junio, mientras que los decretos firmados por Aramburu se difundieron a las 00:30 del 10 de junio. Estas normas se aplicaron retroactivamente, violando principios fundamentales del derecho penal, ya que los fusilamientos ya estaban decididos de antemano.
Doce detenidos fueron llevados a los basurales de José León Suárez en San Martín, donde cinco de ellos fueron ejecutados por disparos policiales. Los otros siete lograron escapar, aunque no sin consecuencias graves.
La Investigación de Rodolfo Walsh
Meses después, el periodista Rodolfo Walsh escuchó un rumor en un café de La Plata que decía: “Hay un fusilado que vive”. A partir de este rumor, Walsh encontró a Carlos Livraga, quien proporcionó su testimonio y permitió al periodista reconstruir la historia de los fusilados de José León Suárez. Esta investigación se plasmó en el libro “Operación Masacre“, una obra que se ha convertido en un referente fundamental para comprender estos hechos trágicos y la brutalidad de la represión de la dictadura de Aramburu.
Impacto y Legado de los Fusilamientos
Los fusilamientos de José León Suárez no solo representan un acto de violencia extrema por parte del régimen de Aramburu, sino que también marcan un momento crucial en la historia argentina, evidenciando la lucha y resistencia de aquellos que se oponían a la dictadura. La obra de Rodolfo Walsh no solo documentó estos eventos, sino que también mantuvo viva la memoria de las víctimas y denunció las injusticias cometidas.
