Día Internacional del Perro Callejero: una fecha que visibiliza el abandono animal en las calles

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Cada 27 de julio, desde hace más de una década, se conmemora el Día Internacional del Perro Callejero, una jornada que busca poner el foco sobre una realidad invisibilizada: la de los millones de perros que viven sin hogar, sin cuidados y muchas veces sin esperanza. La iniciativa, que nació en Chile en 2008, rápidamente se expandió por toda Latinoamérica y hoy cobra fuerza como un llamado urgente a la acción.

El impulsor de esta fecha fue Ignacio Gac, un estudiante de periodismo que propuso esta conmemoración como una forma de generar conciencia. Eligió el 27 de julio porque, en el hemisferio sur, coincide con el período más frío del año, momento especialmente difícil para los animales que viven en situación de calle.

Desde entonces, esta jornada se convirtió en un símbolo de lucha por los derechos de los animales y en un recordatorio de que la indiferencia también es una forma de maltrato.

Más de 300 millones de perros en situación de calle

El problema es global. Según estudios publicados en la revista Frontiers in Psychology, se estima que hay más de 300 millones de perros callejeros en el mundo. Se trata de animales que, por diversas razones —abandono, reproducción sin control, desinterés—, terminan vagando por las calles, muchas veces enfermos, hambrientos o en peligro.

En países de América Latina, como Argentina, México o Colombia, la situación es particularmente alarmante. La falta de políticas públicas sostenidas y de campañas masivas de esterilización agrava una crisis que combina sufrimiento animal y problemas de salud pública.

El Día Internacional del Perro Callejero no busca simplemente visibilizar una problemática. También invita a asumir compromisos concretos. Adoptar un perro en lugar de comprarlo, llevar a esterilizar a las mascotas, colaborar con refugios o simplemente alimentar a un animal de la calle pueden marcar la diferencia.

“No se trata solo de querer a los animales, sino de hacerse cargo de una realidad que es responsabilidad de todos”, sostienen desde organizaciones de rescate y protección animal, que suelen intensificar sus actividades durante el mes de julio.

Vivir en la calle para un perro significa exponerse constantemente a peligros: desnutrición, enfermedades, parásitos, golpes, frío, calor extremo y maltrato humano. Muchos terminan formando parte de jaurías, lo que genera miedo en la población y refuerza prejuicios. Sin embargo, detrás de cada perro callejero hay una historia: algunos fueron abandonados, otros nacieron en la vía pública y jamás conocieron un hogar.

Especialistas y veterinarios coinciden en que la solución no está en el encierro ni en la eutanasia, sino en la educación, la esterilización masiva y la tenencia responsable.

Argentina: entre el voluntariado y la lucha por leyes efectivas

En el país, distintas organizaciones proteccionistas trabajan a pulmón para rescatar, cuidar y dar en adopción a perros sin hogar. Aunque existen normativas como la Ley 14.346, que penaliza el maltrato animal, en muchas provincias y municipios la aplicación de estas leyes es insuficiente.

La falta de campañas oficiales de castración gratuita y sostenida también limita el impacto real de las acciones comunitarias. Sin embargo, cada vez más personas eligen adoptar animales de la calle, brindarles hogar temporal o participar en jornadas de vacunación y atención veterinaria.

¿Cómo ayudar?

Desde las organizaciones dedicadas al rescate de animales proponen varias maneras de colaborar:

  • Adoptar en lugar de comprar.
  • Esterilizar y castrar a las mascotas para evitar la reproducción sin control.
  • Ser hogar de tránsito, ofreciendo refugio temporal hasta que el animal consiga una familia definitiva.
  • Donar alimento, medicamentos o dinero a refugios y proteccionistas.
  • Educar y difundir, para derribar mitos y fomentar la tenencia responsable.

Cada gesto cuenta. “Cambiarle la vida a un perro callejero también cambia la nuestra”, afirman voluntarios de diferentes refugios.