La creencia popular puede llevar a muchos a pensar que Buenos Aires, la capital del país, es la ciudad más antigua de Argentina. Sin embargo, la historia revela que el honor de ser el asentamiento urbano más antiguo corresponde a Santiago del Estero, ubicada a más de 1.000 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
La historia de Santiago del Estero comienza con las «entradas al Tucumán», expediciones españolas que exploraron el noroeste argentino. La primera de estas incursiones fue liderada por Diego de Almagro en 1536, seguida por otra en 1543 bajo el comando de Diego de Rojas. Durante esta segunda expedición, se estableció el Fuerte de Medellín, un asentamiento de corta duración en el actual territorio santiagueño.
Fundación de Santiago del Estero
La fundación de Santiago del Estero no fue un evento singular, sino un proceso con varios momentos clave:
- 1550: Juan Núñez de Prado funda una ciudad llamada El Barco, en homenaje a su lugar de origen en España.
- 1552: El Barco se traslada a las orillas del río Dulce.
- 1553: Francisco de Aguirre toma el control de la ciudad y la rebautiza como Santiago del Estero, el 25 de julio de ese año, fecha reconocida oficialmente como su fundación.
Aguirre, siguiendo órdenes de Pedro de Valdivia, apresó a Núñez de Prado y lo envió a Chile, consolidando así el control sobre el nuevo asentamiento. Aunque este acto no fue una fundación en el sentido estricto, la Academia Nacional de la Historia lo considera como la fecha oficial de establecimiento de la ciudad.
Santiago del Estero: la «Madre de Ciudades»
Santiago del Estero no solo es la ciudad más antigua de Argentina, sino también un punto de partida fundamental para la colonización española en la región. Desde aquí, se organizaron expediciones que fundaron otras ciudades importantes como Tucumán, Córdoba, Catamarca, La Rioja, Salta y Jujuy. Este rol histórico le ha otorgado a Santiago del Estero el título de «madre de ciudades».
El legado de Santiago del Estero es vasto y profundo. No solo es un testimonio viviente de los primeros años de la presencia europea en Argentina, sino que también es un símbolo de la expansión y establecimiento de la cultura y la civilización españolas en el territorio. Su historia está documentada en textos históricos como los libros capitulares de 1774 y las actas del Cabildo, así como en investigaciones contemporáneas de historiadores como Alfredo Gárgaro.

 
				 
				 
				 
				