Alumnos de Ingeniero Maschwitz planificaban un ataque a balazos contra su escuela

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Un caso que genera preocupación, consternación e incertidumbre. En la localidad de Ingeniero Maschwitz, provincia de Buenos Aires, un grupo de adolescentes de entre 13 y 15 años fue identificado tras ser descubiertos planeando una masacre en su propia escuela, la Escuela Media Nº4.

El plan se dio a conocer gracias a una serie de mensajes escalofriantes intercambiados en un grupo de WhatsApp creado por los propios alumnos. Allí, se compartieron detalles minuciosos del ataque que pretendían llevar a cabo contra sus compañeros y docentes.

El grupo fue creado por una alumna identificada como Mai, quien fue señalada como la principal impulsora de la idea. En los mensajes difundidos, se leía con claridad una intención criminal: “Persona que ven, persona a la que le disparan, no se elige”, decía uno de los textos. Otro mensaje agregaba: “Después de que matemos a los demás, hacemos un recorrido por la escuela para ver si quedó alguien con vida”.

El nivel de detalle y la frialdad en los diálogos generó alarma inmediata. Además, los adolescentes discutían sobre el uso de armas de fuego, mencionando específicamente una Uzi calibre .22, señalando que “entra en la mochila” y que debía ser usada “en forma de ráfaga”.

La amenaza fue detectada gracias a la rápida acción de padres de alumnos, quienes al acceder a las conversaciones del grupo alertaron de inmediato a las autoridades escolares. Esta respuesta fue clave para evitar que el plan, aunque sin confirmación de ejecución real, llegara a avanzar.

Las autoridades de la Escuela Media Nº4 informaron que el hecho fue tomado con la mayor seriedad posible y que se activaron los protocolos institucionales correspondientes para garantizar la seguridad de toda la comunidad educativa.

La respuesta institucional: preocupación y evaluación psicológica

Según trascendió, la alumna que encabezó el grupo atraviesa problemas vinculados a trastornos mentales, una situación confirmada por la dirección del colegio. «Este hecho no se iba a concretar nunca», aseguraron desde la institución, intentando transmitir tranquilidad a los padres.

El periodista Adrián Salonia, en su cobertura para C5N, relató el ambiente en la comunidad como uno de “consternación e incertidumbre”, indicando que las familias exigían explicaciones claras y medidas concretas ante semejante situación.

Allanamiento sin armas, pero con consecuencias graves

Uno de los aspectos que más preocupó a los padres fue el acceso potencial a armas de fuego. En los chats, Mai afirmaba que podía conseguirlas a través de su padrastro. Frente a estas declaraciones, las fuerzas de seguridad realizaron un allanamiento en su domicilio, aunque no se encontró ningún armamento en la vivienda.

Sin embargo, la intención y la seriedad con la que los estudiantes conversaban sobre el ataque dejó en evidencia una preocupante realidad adolescente: la naturalización de la violencia extrema como una forma de resolución o expresión de conflictos.

Uno de los textos más impactantes leídos en los chats fue: “Bueno. Básicamente lo que vamos a hacer es un tiroteo. Ya tengo las armas porque mi padrastro las tiene. Tenemos que ir al colegio, en este caso, al mío. La pregunta es: ustedes quieren hacerlo? Quieren hacerlo a esta edad o cuándo sean un poco más grandes?”.

Este tipo de expresiones, sumado a la edad de los involucrados, revela la urgente necesidad de abordar la salud mental en las escuelas, así como también repensar el rol de la familia y el acceso a contenidos digitales violentos.

Los cuatro adolescentes involucrados han sido identificados y se encuentran bajo evaluación de especialistas, en tanto que la comunidad exige medidas para prevenir futuros episodios similares.